¿Unas elecciones condicionadas por un mapa?
Hay elecciones que se deciden con promesas. Y otras, con raíces. En Portugal, el suelo que pisas también vota. Porque donde naces… también define lo que eliges.
Imagen elaborada por El Patio Político
En Portugal, la política no se entiende sin el mapa: el territorio no solo condiciona la economía o la demografía, sino también el voto. Las elecciones legislativas de 2025 se inscriben en una tradición histórica de fuertes contrastes geográficos (entre litoral e interior, norte y sur, urbano y rural) que siguen marcando el comportamiento político del país. Cada partido afina su estrategia de campaña con esta geografía electoral en mente: el Partido Socialista (PS), de centroizquierda, busca renovar su arraigo en los bastiones obreros y las periferias urbanas tras años en el poder; la Alianza Democrática (AD), coalición liderada por el PSD de centroderecha, quiere reconquistar el centro político desde el norte conservador y los sectores empresariales; Chega, formación de ultraderecha, se presenta como abanderado del descontento popular y la ruptura con el sistema; Iniciativa Liberal (IL), de corte liberal progresista, concentra su discurso en el emprendimiento y la bajada de impuestos desde las ciudades más dinámicas; el Bloco de Esquerda (BE), de izquierda alternativa, y la CDU (coalición entre comunistas y ecologistas), tratan de resistir con discursos sociales y de clase; mientras que Livre, verde y progresista, y PAN, centrado en los derechos animales y la sostenibilidad, disputan el voto urbano más verde. Así, la campaña electoral es, más que nunca, un recorrido cartográfico: una carrera electoral a través de regiones que no solo votan distinto, sino que entienden la política desde historias y realidades profundamente diversas.
Mapa de los diferentes distritos de Portugal. Fuente: Portugal Expert
Este artículo propone una lectura territorial del Portugal político: una mirada al mapa para entender cómo se cruzan el voto, la historia, las desigualdades sociales y el momento político que vive el país en estas elecciones de 2025. Un análisis partiendo de la geología política, la geografía electoral y el zeitgeist de Portugal para conocer el escenario político de este 18M.
1. Norte (Braga, Oporto, Viana do Castelo, Vila Real y Bragança): Oporto, la fidelidad conservadora y la emergencia de Chega.
Históricamente, el norte interior ha sido un bastión conservador y rural. Regiones como Vila Real o Bragança, con baja densidad poblacional y una fuerte presencia de población envejecida, fueron tradicionalmente favorables al CDS-PP, hoy absorbido en la Alianza Democrática (AD). Aún conservan ese perfil democristiano, religioso y más reacio a los cambios socioculturales, donde la renta per cápita es significativamente inferior a la media nacional y donde los servicios públicos tienen menos presencia. Por el contrario, el litoral norte, en especial Oporto (segunda ciudad del país, con una renta media anual per cápita de 13.900 euros según el INE), muestra mayor dinamismo económico y social, así como un notable crecimiento demográfico vinculado a su papel como eje industrial y logístico. Braga, uno de los distritos más jóvenes de Portugal, ha emergido como un núcleo de innovación tecnológica, aunque no exento de tensiones sociales, lo que explica que en las últimas elecciones legislativas de 2024 Chega fuese tercera fuerza con un 12% de los votos. Estas clases medias urbanas, frustradas con el statu quo, han nutrido tanto a Chega como a Iniciativa Liberal. No sorprende que, en esta campaña, André Ventura, líder de la ultraderecha portuguesa, haya reforzado su presencia en estos territorios buscando consolidar a Chega como referente del voto indignado, en contraste con la “vieja política” del Partido Socialista y la Alianza Democrática.
2. Centro (Coimbra, Aveiro, Viseu, Leiria, Castelo Branco y Guarda): Distritos bisagra, entre la tradición y la innovación.
El centro de Portugal combina dos realidades distintas: el litoral más industrial, vinculado a la economía global, y el interior cada vez más despoblado. Coimbra, capital universitaria histórica, ha sido tradicionalmente un bastión del PS gracias al peso del funcionariado y al pensamiento progresista asociado al mundo académico. Esta ciudad vive una tensión entre la energía de su juventud universitaria (que también ha impulsado opciones como Livre o el Bloco de Esquerda) y el estancamiento económico de su entorno provincial. Más al norte, Aveiro ha logrado crecer económicamente gracias a la actividad del puerto y a una creciente inversión en innovación tecnológica, siendo una zona en la que IL espera ampliar su base. En cambio, distritos como Castelo Branco, con solo 31 habitantes por km², o Guarda, experimentan pérdida de población, envejecimiento acelerado y falta de inversión estructural. En Viseu, donde la AD logró el 37% de los votos en 2024, se percibe una fidelidad al centro-derecha, mientras que en Guarda, Chega ha experimentado un crecimiento de más de 10 puntos porcentuales desde 2019, capitalizando el resentimiento rural hacia Lisboa y el abandono institucional. El PS y la AD concentran aquí esfuerzos para no perder el centro sociológico, clave para obtener mayorías parlamentarias.
3. Capital y área metropolitana (Lisboa, Setúbal y Santarém): pluralismo, desigualdad y polarización.
La región de Lisboa representa un microcosmos de la sociedad portuguesa: concentra casi un tercio del PIB nacional y refleja la polarización política y económica del país. Mientras municipios como Cascais, en el distrito de Lisboa, con rentas superiores a los 20.000 euros anuales per cápita, muestran apoyo creciente a IL y AD, otros como Moita (en Setúbal) o Amadora (en Lisboa) no superan los 11.000 euros, manteniéndose como bastiones del PS o con una presencia histórica del PCP y el BE. La ciudad de Lisboa presenta una renta media per cápita de 18.180 euros, pero esta cifra esconde disparidades intensas entre freguesías. El PS conserva apoyos históricos en las zonas populares, mientras IL y Livre ganan peso en los barrios urbanos con alta concentración de titulados universitarios y profesionales jóvenes. En este entorno, Chega ha crecido en las periferias afectadas por inseguridad, desempleo y desafección política. Las ciudades metropolitanas de la capital, al otro lado del río Tajo, como Seixal o Almada han sido zonas de implantación tradicional del PCP y el BE, aunque hoy enfrentan una fuerte competencia de la Chega de Ventura. Para hacernos una idea de hasta dónde puede llegar el efecto del microcosmos lisboeta, Livre consiguió en 2024 dos escaños por Lisboa con apenas un 3,16% nacional, lo que ilustra el peso electoral diferencial de la capital. Todos los partidos priorizan aquí su estrategia, conscientes del efecto mediático en el que se hablará por todo el país y del alto número de escaños en juego.
Mapa de Lisboa y su área metropolitana.
4. Alentejo (Évora, Beja y Portalegre): la persistencia de la izquierda en el mundo rural y la amenaza de la ultraderecha.
El Alentejo ha sido el único bastión rural donde la izquierda estructural ha resistido a lo largo de los años. Esta región, envejecida y con baja densidad poblacional (Beja apenas alcanza los 22 habitantes por km²), conserva una memoria política profundamente vinculada a las luchas agrarias y a la colectivización del periodo revolucionario posterior a la Revolución de los Claveles, en 1974. Esta herencia explica la persistencia del voto al PCP (hoy dentro de la coalición CDU), que aquí obtuvo sus mejores resultados en 2024, aunque sin lograr representación parlamentaria en la mayoría de los distritos. Por ejemplo, ese año, en Beja, los comunistas de la CDU obtuvieron más de un 15% de voto, pisándole los talones a AD (recordemos, los ganadores de las elecciones). No obstante, es el PS el que ha sido tradicionalmente la fuerza más votada, pero con una tendencia a la baja. Ahora bien, la abstención es altísima: en Beja superó el 55% en las últimas legislativas, reflejo de un creciente desencanto ante promesas incumplidas. Cuestiones como la dependencia económica del campo, la escasez de servicios públicos y la competencia por los fondos europeos explican que Chega comience a hacer incursiones, aprovechando un discurso antiestablishment que conecta con una parte del malestar rural.
5. Algarve (Faro): entre el turismo, la precariedad y el voto volátil
El Algarve, con Faro como distrito clave, representa una paradoja electoral. Su economía es una de las más dinámicas del país gracias al turismo y la inversión extranjera, pero también es una de las más desiguales. La renta media anual per cápita es de 13.200 euros, pero con grandes diferencias entre municipios costeros con alto poder adquisitivo y zonas interiores empobrecidas. El empleo estacional, el encarecimiento de la vivienda y la dificultad para acceder a servicios públicos esenciales generan una precariedad que alimenta el voto de protesta. En municipios como Olhão o Portimão, el desempleo supera el 10%, y la presión turística ha desfigurado parte del tejido social. Faro tiene un 19% de población extranjera residente, lo que también condiciona el discurso político sobre inmigración y pertenencia. Con este panorama, en las elecciones de 2024, Chega ganó con el 27,19% de los votos, arrebatándole el liderazgo al PS. IL y PAN también han crecido gracias a la concienciación ecológica y animalista ligada al turismo responsable y a un electorado cosmopolita.
6. Madeira y Azores: los archipiélagos, laboratorio político insular
Madeira y Azores presentan dinámicas políticas propias. Madeira fue durante décadas un feudo indiscutido del PSD (hoy dentro de la coalición AD) liderado por Alberto João Jardim, cuyo legado sigue marcando la política regional. Hoy, la AD sigue dominando con un más de un 35% de los votos en las elecciones de 2024, pero Chega ya ha irrumpido como tercera fuerza, muy cerca del PS. Azores, por su parte, funcionan como un microcosmos de la gobernabilidad nacional: desde 2020, una coalición de derechas gobierna con apoyo externo de Chega e IL. Aunque en 2022 el PS fue el partido más votado, no logró mayoría suficiente para gobernar, lo que llevó a un acuerdo inédito a nivel autonómico. Estas regiones, con pocos escaños en juego, pueden resultar decisivas para formar mayoría. Madeira tiene una renta per cápita inferior a la media nacional, y en Azores se combinan problemas estructurales como la insularidad, la dependencia energética y el éxodo juvenil. Mientras PS y AD compiten por mostrarse como garantes de la estabilidad insular, Livre y PAN utilizan estos territorios para visibilizar agendas ecológicas, animalistas y descentralizadoras.
Una campaña marcada por el mapa
El recorrido territorial de la campaña refleja una estrategia coherente con las fortalezas y debilidades de cada partido: la AD consolida bastiones rurales y busca reconectar con el centro urbano liberal; el PS sigue intentando resistir en el sur y en Lisboa para recuperar el desgaste perdido; Chega despliega fuerza en el norte rural y en el sur descontento; IL, Livre y PAN se centran en Lisboa y zonas jóvenes, urbanas o innovadoras; y BE y CDU resisten con nostalgia en sus antiguos feudos. Portugal vota, sí, con la historia y la ideología. Pero también con el mapa histórico, social, económico y territorial en la mano.
Mapa con los resultados de las últimas elecciones
Todo abierto en los escenarios postelectorales
La Revolución de los Claveles, que comenzó el 25 de abril de 1974, marcó el fin de la dictadura del Estado Novo y el inicio de la democracia en Portugal. Hoy, más de cinco décadas después, el país enfrenta un nuevo momento de transformación política, aunque en un contexto muy diferente: el de una democracia consolidada pero fragmentada, con tensiones crecientes entre las fuerzas tradicionales y emergentes. Portugal se encuentra en una situación de inestabilidad política tras la caída del gobierno de Luís Montenegro en marzo de 2025, después de perder una moción de confianza relacionada con escándalos de corrupción. Esta crisis ha llevado a la convocatoria de elecciones anticipadas para el 18 de mayo de 2025. Según una encuesta reciente de ICS/ISCTE publicada por el diario Expresso, la coalición de centro-derecha de AD lidera con un 32% de intención de voto, seguida por el centro-izquierda del PS con un 27%. Sin embargo, estos porcentajes están lejos de garantizar una mayoría parlamentaria, lo que anticipa un parlamento fragmentado. El partido de extrema derecha Chega se posiciona en tercer lugar con un 19% de apoyo, mientras que los liberales de IL se mantienen un 5%. A diferencia del caso español, las derechas portuguesas parecen decididas a mantener el cordón sanitario a la extrema derecha. De hecho, el líder de AD, Luís Montenegro, ya ha reiterado su negativa a formar alianzas con Chega, lo que complica la formación de una mayoría estable. Además, IL también ha descartado participar en un gobierno que incluya a Chega. Este panorama sugiere que, tras las elecciones, Portugal podría enfrentarse nuevamente a dificultades para formar un gobierno estable, con la posibilidad de que AD intente gobernar en minoría o que se busquen acuerdos puntuales con otras fuerzas políticas. La situación recuerda a los desafíos enfrentados en 2024, cuando la falta de acuerdos sobre los Presupuestos del Estado generó tensiones entre los principales líderes políticos. En resumen, el escenario actual refleja los retos de gobernabilidad en una democracia madura pero fragmentada. La capacidad de los líderes políticos para negociar y formar coaliciones será crucial para evitar una prolongada inestabilidad y responder a las demandas de la ciudadanía.
Cuando veo estas cosas siempre me pregunto: ¿el territorio divide la política o la política es la que divide al territorio? En caso de Espana lo vemos también, no vota lo mismo alguien de Madrid centro que un gallego de un pueblo (como yo), pero si algunos lugares han crecido y otros no, depende en gran parte de planes políticos o de circunscripciones burocráticas. En chalquier caso, me ha encantado vuestro análisis del país vecino ;)
Siempre interesantísimo saber cómo influyen los territorios en el voto. La historia, la tradición. Más aún cuando es del país vecino. Enhorabuena una vez! Gran newsletter!