Identidad y democracia. ¿Cómo nos sentimos realmente los andaluces?
Andalucía dice basta. Orgullosa, pero cansada de ser ignorada, alza la voz y exige respeto, poder y justicia. ¿Estamos ante su gran despertar?
Imagen elaborada por El Patio Político.
Hoy en El Patio tenemos visita de lujo. Se sientan con nosotros los amigos de No Data, No Party, dos auténticos cracks del mundo de la política y los datos. Son de esos que lo saben todo (o casi) y vienen a contarnos qué dice el último Estudio de Identidad sobre Andalucía. Pero tranquilo, que aquí no hay powerpoints ni chapa. Esto es El Patio, así que ya sabes: coge tu nevera, saca una cervecita fresquita y disfruta. Que aprender mola, pero si es con arte, mucho mejor. ¡Vamos al lío!
Este post desmenuza los datos del Estudio de Identidad 2025 del Centro de Estudios Andaluces para entender cómo late hoy la identidad andaluza, ¿qué percepción tenemos de la democracia? ¿Por qué muchos sentimos que Andalucía merece más peso, más voz y más respeto? Una lectura imprescindible para entender el pulso político y emocional de nuestra tierra.
Algo está pasando en Andalucía. Y no hablamos solo de economía, exportaciones o empleo. Hablamos de cómo se sienten los andaluces en relación con España, con su tierra y con las instituciones que los representan y los protegen. . El reciente "Estudio de Identidad 2025"del Centro de Estudios Andaluces (Fundación CENTRA) es un auténtico retrato sociológico de cómo late hoy el corazón de esta comunidad. Y las conclusiones dan para pensar... mucho.
1. Identidad andaluza: fuerte, emocional y con raíces profundas
Los andaluces se sienten muy andaluces. En una escala de 0 a 10, donde 10 es "muy andaluz", la media es de 8,08. Y no es solo una cuestión de números: el 88% se siente muy o bastante identificado con Andalucía. Pero, ojo, también hay un fuerte sentimiento español: la media en ese caso es de 7,93. Es decir, no es una identidad enfrentada, sino complementaria. La mayoría dice sentirse "tan andaluz como español" (54,1%), aunque un significativo 26,8% afirma sentirse "más andaluz que español". Sólo el 2,2% se declara exclusivamente andaluz, y el 2,5% exclusivamente español.
2. España y Andalucía: un amor desequilibrado
Aquí llega una de las claves políticas del estudio: el 64,4% de los andaluces cree que el Gobierno central trata peor a Andalucía que al resto de comunidades. Solo un exiguo 2,2% cree que se nos trata mejor. ¿Y eso qué implica? Pues una percepción clara de agravio, de discriminación, de abandono institucional. Una sensación que puede tener consecuencias políticas muy serias. No es una percepción nueva, pero ahora se convierte en dato empírico. Es la base emocional perfecta para alimentar discursos políticos que pidan más poder, más recursos o incluso más autogobierno. Andalucía ya no quiere ser solo una tierra orgullosa: quiere ser también una tierra respetada.
En este contexto, hay que entender también el posicionamiento de la Junta de Andalucía respecto a la reestructuración de la deuda autonómica. El gobierno andaluz, liderado por Juanma Moreno, ha defendido con firmeza que si otras comunidades —como Cataluña— obtienen una condonación parcial de su deuda, Andalucía debe recibir un trato igualitario, pero no por la vía de la reestructuración de la deuda, sino por la financiación.
La Junta reclama una compensación equivalente para no quedar en desventaja y ha insistido en que cualquier reforma del sistema de financiación o reparto de recursos debe preservar el principio de igualdad entre territorios. Esta reivindicación, más allá de lo técnico, conecta con el sentimiento mayoritario de agravio y con una demanda creciente de justicia territorial. Desde el gobierno andaluz las posiciones son claras: más financiación autonómica para el desarrollo justo de las competencias.
3. ¿Y cómo valoramos nuestra democracia? Pues mal
La otra gran conclusión inquietante del estudio es el hartazgo democrático. El 69% de los andaluces se declara poco o nada satisfecho con el funcionamiento de la democracia en España. En Andalucía las cifras son algo mejores, pero siguen siendo preocupantes: un 55% también está poco o nada satisfecho con la democracia andaluza. Este es el resultado directo de la polarización política e institucional que venimos observando desde hace ya demasiado tiempo.
Fuente: CENTRA
Ya analizábamos en este mismo espacio el descrédito de las instituciones y cómo la polarización política estaba acrecentando un alejamiento de la ciudadanía con respecto a los gobiernos, al sistema político y, en definitiva, a la democracia. La polarización que nos traen los temas de corrupción, la deslegitimación de los jueces, el intento de control mediático... no es ya un problema incipiente, sino que está haciendo mella en nuestra democracia y en la percepción que la ciudadanía tiene sobre su funcionamiento.
4. Imagen de Andalucía: orgullo e inconformismo
Más del 85% de los andaluces dice sentirse muy o bastante orgulloso de ser andaluz. ¿Y de qué nos sentimos orgullosos? De nuestra gente(27,6%), de la calidad de vida (20,9%) y de nuestras tradiciones (18,8%). Sin embargo, cuando se les pregunta si creen que en el resto de España se habla bien de Andalucía, más de la mitad (54,5%) responde que se habla mal. Una especie de complejo de reconocimiento negativo que sigue muy presente.
A pesar de ello, aparece otro matiz muy interesante y es que hay una sensación de que la imagen de Andalucía ha mejorado en los últimos años (48% así lo cree).
Fuente: CENTRA
5. La bandera y los símbolos: emociones profundas
El símbolo que más identidad genera entre los andaluces no es ni la bandera ni el himno. Es el acento: el 86,5% se siente muy o bastante identificado con él. Ya hemos visto cómo el acento ha sido elemento de conexión emocional tanto en el marketing como en la política. De vez en cuando salta a la gresca para reivindicar el andalucismo.
Pero que no se confundan, porque ni el acento, ni la bandera, ni el himno, y por supuesto, el andalucismo, pertenece a ningún partido político ni a ninguna ideología. Otro dato relevante: para el 60% la bandera andaluza no tiene ninguna connotación política. Es decir, sigue siendo un símbolo emocional, transversal.
Cuando se pregunta qué les evoca la bandera andaluza, muchos responden Blas Infante, esperanza, el campo andaluz o la autonomía. Solo un 0,4% piensa en el presidente actual de la Junta, Juanma Moreno, y un 0,1% en la propia Junta.
Fuente: CENTRA
6. ¿Más peso político para Andalucía?
El 45% de los andaluces cree que dentro de 10 años Andalucía tendrá más peso en España. Un dato esperanzador que muestra ambición colectiva. Aunque esa ambición choca con otra realidad: la baja satisfacción con la democracia y la percepción de maltrato institucional por parte del Estado. Hay una identidad fuerte, un deseo de protagonismo... pero una desafección creciente con las reglas del juego democrático.
7. ¿Qué significa todo esto para el futuro político andaluz?
Pues que hay un espacio amplio para reivindicar más autogobierno, mejor financiación y mayor presencia de Andalucía en la política estatal. Pero también un riesgo claro: que esa reivindicación se haga desde la desafección, la polarización o el populismo. Nuestros representantes públicos tienen que ser muy conscientes de que estas reivindicaciones tienen que ser cosa de todos, sin tácticas electoralistas, ni discursos vacíos y alejados de las arengas políticas.
Andalucía está diciendo algo claro: queremos más voz, más respeto y más peso político. La pregunta es quién sabrá interpretar mejor ese mensaje: ¿el Gobierno de la Junta? ¿La oposición? ¿La sociedad civil? ¿O acabará todo diluido en la decepción democrática?
Los datos del Estudio de Identidad 2025 son una radiografía clara de un pueblo que se siente orgulloso, pero también herido. Que valora su cultura, pero ve con recelo el tratamiento que recibe por las instituciones. Que mira al futuro con ambición, pero arrastra el peso del pasado.
La desconfianza de la democracia es siempre una mala noticia.
Muy interesante. También es cierto que a ese sentimiento contribuye el modelo de polarización política actual del presidente andaluz con el Gobierno de España debido a posicionamiento del Partido Popular a nivel nacional. Quizás, en un ambiente más colaborativo, ese nivel de afrenta nacional disminuiría.
Por lo demás, de acuerdo en casi todo. Tenemos una gran ventaja como andaluces: nos representa nuestra tierra, nuestra bandera, nuestro himno y nuestro acento. Y en esa unidad está nuestra fuerza.
Gracias por compartir.